lunes, 6 de febrero de 2012

La urgencia de revisar los supuestos metodológicos del análisis de la conducta


La ciencia occidental, dice Morin (1984), se ha desarrollado como ciencia experimental y con base en el experimento. Sin embargo, la mayoría de experimentos que se realizan se siguen proponiendo bajo el supuesto de una realidad previamente pensada, cuya existencia y funcionamiento se verifica a través del experimento. Es por esto que cuando se propone un experimento el orden es, primero formular una hipótesis y después el procedimiento mediante el cual se verifica la hipótesis planteada.
Cuando se aplica a la psicología esta lógica, se parte entonces del supuesto de que existe previamente una “cosa psicológica” para experimentar y manipular, con el propósito de establecer su verdadero funcionamiento. Para constatar esto, solo hay que ver la estructura de los llamados diseños experimentales. Éstos contienen dos elementos básicos: a) el grupo control y b) el grupo experimental; y en el caso del diseño intrasujeto, éste se estructura por fases: fase control y fase experimental. En los dos tipos de diseño se busca el control de factores que se han convertido en un mito – las variables extrañas. Las variables extrañas son hoy, los demonios del investigador y de toda investigación. Cuando en una situación experimental no se tiene el suficiente control de las variables extrañas, la conducta varia, sin que se pueda precisar las responsables de esta variación.
Un análisis de la situación experimental nos deja ver el supuesto con el que se desarrolla el experimento, se da por hecho que la realidad está ahí, esperando revelarse a la manera en que lo hace una fotografía, solo se requiere de la manipulación experimental apropiada.
Vale preguntarse si la variedad de los fenómenos de la naturaleza resultaron de experimentos que la naturaleza realizó, ¿se trató de manipular los cuatro elementos (de los que hablaron los griegos) para obtener cosas como los árboles, las rocas, los animales? O más bien, ¿se trató de relaciones que se estabilizaron dadas ciertas condiciones?
En anteriores ocasiones me he referido al carácter histórico de lo psicológico, no en el sentido de ubicar los hechos en un calendario. Sino a la historia, como el modo en que se relacionan un conjunto de eventos para configurar un todo con sentido, y así configurar un evento psicológico.
Si se define lo psicológico en términos históricos, para ser coherentes, la forma de estudiarlo debe incluir procedimientos que tengan en cuenta la categoría de lo psicológico como una relación de carácter histórico.
Definido así lo psicológico, es casi obvio que hablar de variables extrañas no tiene sentido, como tampoco lo tiene la lógica de grupo control. Un experimento en psicología tendrá como propósito el dar cuenta de las distintas maneras como se puede establecer una historia. Un experimento será algo parecido a lo que Darwin llamó selección artificial, en el sentido de cómo se logra que un tipo de variación predomine sobre otra, dado un tipo de contexto. Un procedimiento en psicología será mas bien el establecimiento de “un camino”, que para el caso estará compuesto de eventos condicionales.
Una metodología que integre en sus procedimientos las relaciones históricas partirá del establecimiento de una red contingencial, o de factores condicionales. Para propósitos ilustrativos, considérese un juego de futbol, éste puede describirse y explicarse a partir de un conjunto de relaciones básicas; se trata de trasladar una pelota de un lugar a otro conforme a un mínimo de reglas. Son las reglas las que instauran un conjunto de funciones tales como las del arquero, las de las defensas las de los delanteros y las del árbitro; funciones que también se pueden describir y explicar con base en otro conjunto de relaciones condicionales y que en últimas son las que definen un conjunto  de actividades, como un juego de futbol. Es posible pensar, que estas relaciones se puedan representar en grafos o redes, a la manera como lo propone René Thom (1993) y que las distintas actividades de los organismos (incluidos los humanos) puedan entenderse como redes condicionales.
Así como se reconoce y se aprende a participar en un juego, es posible establecer y llegar a reconocer al igual que participar en los distintos juegos que configuran la vida de un organismo cualquiera que sea.
 Tiberio Pérez M.
Referencias
Morin, E. (1984). Ciencia con consciencia. Barcelona. Anthropos.
Thom, R. (1993). Parábolas  y catástrofes. Barcelona. Tusquets.

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