martes, 7 de octubre de 2014

Marañas en psicología: la psicología experimental como modo de conocimiento, al rescate de lo psicológico

La psicología actual recorre caminos peligrosos y extraños, actualmente la disciplina psicológica se ha tornado hacía campos que no son de su incumbencia. Y para esto, es necesario recordar que el objeto de estudio de la psicología es la conducta entendida como la interacción funcional del organismo en su totalidad con su medio ambiente y, por ende, es ésta su unidad de análisis. Sin embargo, el estudio de fenómenos en psicología  en muchas ocasiones, no es siempre de esta naturaleza y en su mayoría, propician reduccionismos disciplinares; esto es, estudiar lo social o lo biológico como explicación de la conducta.

Es por esto, que se debe dejar claro que los fenómenos sociales que precisamente  estudian las ciencias sociales como la sociología o la antropología y los procesos biológicos que estudian la biología o la medicina, deben ser pertinentes como dimensiones analíticas limítrofes del análisis de lo psicológico, en el sentido de abstracciones necesarias, más no suficientes, que delimiten un segmento conductual (Carpio, Pacheco, Hernández y Flores, 1995; Ribes y López, 1985; Kantor 1978).

Este hecho viene dándose desde hace varios años y no es la primera vez que se recalca la importancia de recuperar la especificidad de lo psicológico en nuestra disciplina. No obstante, se puede notar que cada vez el psicólogo se desarrolla profesionalmente de manera desafortunada a partir de inconsistencias teóricas y metodológicas. Es con esto, que el análisis experimental de la conducta, entendido como un método sistemático de aproximarse de manera natural a los fenómenos que le interesan a la psicología, es una manera de rescatar la naturalidad de la disciplina en ámbitos aplicados o tecnológicos, es decir,  desarrollando análisis experimental en educación, clínica, contextos sociales, jurídicos, deportivos etc. –claro está- siempre con único interés el objeto de análisis que nos compete: la conducta (Ardila, 1976).

Así, el análisis experimental de la conducta permite sistematizar mediante procedimientos que controlen variables del comportamiento y realizar, por ejemplo, predicciones del comportamiento. Adicionalmente, la psicología experimental debe tomarse como un proceso inductivo  de investigación , en donde, a partir de una aproximación al fenómeno y la manipulación experimental, podamos teorizar acerca de las diversas clasificaciones funcionales del comportamiento en términos genéricos, es decir, que la psicología como disciplina científica proceda de manera analítica e indirecta, esto es, realizando abstracciones de propiedades genéricas de los objetos singulares sin describirlos directamente (Ribes y López 1985).

Finalmente, es importante señalar la importancia que tiene el análisis experimental en la construcción de una teoría psicológica como un sustento necesario. Puesto que al aproximarse a fenómenos naturales mediante la experimentación es posible y necesario la creación de taxonomías analíticas y funcionales que den cabida a lo psicológico como modo de conocimiento y con esto, fundamentar el que hacer tecnológico del profesional en psicología.

“Independientemente de que a los psicólogos experimentales les guste o no, la psicología experimental está inevitablemente destinada a la construcción de una teoría del comportamiento. Una teoría es esencial para la comprensión científica del comportamiento como asunto de conocimiento” (Skinner, 1947, p 28-29).

Jonathan Castillo Alfonso
Estudiante de Psicología
Universidad el Bosque (Bogotá)

Referencias
Ardila, R. (1976). Tendencias en la psicología experimental colombiana. Revista Latinoamericana de Psicología, 303-317.
Carpio, C., Pacheco, V., Hernández, R., y Flores, C. (1995). Creencias, criterios y desarrollo psicológico. Acta comportamentalia, 3, pp. 89-98
Kantor, J. R. (1978). Psicología interconductual. México: Trillas.
Ribes, E., y López, F. (1985). Teoría de la conducta: un modelo de campo y paramétrico. México: Trillas.

Skinner, B. F. (1947). Experimental psychology. En Delprato, D., y Midgley, B. (1992). American Psychologist, 47, pp. 1507-1520.