martes, 30 de agosto de 2011

El Análisis del Comportamiento y las “Marcas Didácticas”

En un mundo de mercado globalizado, las empresas educativas, en sus diferentes niveles, no escapan a esta lógica y esto, se refleja en la forma como ciertas entidades educativas quieren imponer sellos de formación, cuando asumen y privilegian estrategias didácticas, considerando que son válidas, significativas y aplicables a toda materia por aprender, tal es el caso de “aprendizaje significativo” o “aprender haciendo” o “coaching” y muchas otras.

Esta forma de proceder en la educación se parece mucho a la que opera en los equipos de fútbol, solo que estas instituciones, forman defensas, arqueros, delanteros, etc. En tanto que las Universidades forman profesionales. Y no es de extrañarse que lo hagan así, en fin y al cabo, los centros educativos se encargan de administrar el conocimiento.

En psicología esto se hace visible en materias como aprendizaje en donde, desde el momento en que el término aprendizaje apareció, su uso fue paradójico. En sus comienzos, el término aprendizaje se usaba en las universidades para referirse a una clase de psicología del aprendizaje; ya que al aprendizaje como tal, era aquella materia a la que se dedicaba la universidad entera y no parecía lógico que se le dejara a una facultad y mucho menos a una clase orientada por tan sólo un maestro. Aprendizaje aquí se refería a un conjunto de actividades, básicamente de carácter administrativo, dirigidas a formar profesionales.

Sin embargo, no se debe perder de vista que la relación que se establece entre el futbolista y su club, es diferente de la relación que se presenta entre la Universidad y sus estudiantes o futuros profesionales. En el caso del futbolista, este es un producto del cual dependen los ingresos y la estabilidad del club, en la caso de las universidades, su supervivencia depende del “sello ético” con el que configure a sus futuros profesionales. Y esto implica que su papel debe centrarse en la facilitación del desarrollo de las comunidades científicas como principales trasformadoras de las prácticas sociales.

Es decir, que lo que debe configurar una institución educativa no es una lógica de mercado sino la lógica del bienestar en el sentido propuesto por Amartya K. Sen. Y aquí, es donde el Análisis del comportamiento juega un papel importante, en tanto que como dice Aristóteles, el comportamiento es un asunto vital, es el “acto primero que define lo vivo”, es el comportamiento el principal recurso de bienestar o de maleficencia. El discurso dominante, afirma que la causa de la pobreza es debida a la escasez de recursos, pero más bien, es un problema de los modos de comportamiento significados en las prácticas sociales.

Tiberio Pérez Manrique

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