"What an individual knows is
what the individual does and truth may only have meaning within the context of
the action. The actions of those interested in psychology may be made
somewhat durable when systems are permanently constructed of verbal stimulus
products which specify the assumptions out of which of practices follow”.
(Hayes, 1993, p. 48).
Una actividad intelectual,
trátese de actividades artísticas, científicas, literarias, políticas e incluso
actividades religiosas, se fundamentan en una perspectiva de la experiencia
vital. En el lenguaje de quienes trabajan con imágenes, se dice que una
perspectiva de la realidad se establece desde el lugar en que se coloca la
cámara, incluso, una fotografía no representa una realidad independiente, se
trata más bien de la mirada del fotógrafo. Una perspectiva fija un horizonte de
lo posible, desde la potencia; para usar los conceptos aristotélicos. Resulta
interesante, que para fijar una perspectiva se requieran varios puntos; contar
con uno sólo no nos permite visualizar un horizonte.
Wundt estableció
como horizonte para la psicología, el estudio de la experiencia, solo que la
conceptualizó bajo una mirada dualista del mundo y en este contexto, la
experiencia se entendió como conocimiento, entendido éste como una entidad
distinta de la realidad, e incluso distinta al mismo organismo, (interna al
organismo). Se trató de estudiar la experiencia vista desde ella misma.
William James, parte del supuesto de que solo existe una
materia en el mundo, una materia de la que todo está compuesto “pura
experiencia”, supuesto éste al que se le conoce como empirismo radical. Esta
experiencia, lejos de ser el producto de una mente, y que tiene como función
representar la realidad, es más bien, en el sentido aristotélico, la función de
los organismos vivos – su alma-. La vida es un “flujo de experiencia”, de
actividad vital. James, le propuso a la psicología dar cuenta de esta actividad
llamada experiencia. Para cumplir con esta tarea, se debió esperar a que
Skinner propusiera el concepto de contingencia, como un método de orientar la
experiencia y dar cuenta de ella al conceptualizarla como funciones
conductuales.
Las contingencias,
organizan la experiencia vital y crean una perspectiva de vida. La experiencia
como experiencia simplemente “es”. Y, es
mediante las contingencias que la experiencia adquiere un tono, un significado,
un modo u otro de los tantos atributos que se usan para definir lo psicológico;
por ejemplo, puedo tener una experiencia resultante de la muerte de un
familiar, pero la función que esta experiencia adquiera, depende de la historia
contingencial que tenga dicha experiencia, ésta no viene unida automáticamente
a “quitarse la vida” por ejemplo.
El comportamiento
verbal, surge también como experiencia, que resulta de las interacciones con
los otros, interacciones que llamamos sociales, porque su modo de organizarse
tiene su origen en la historia de relaciones entre los seres vivos; es decir,
resultan de una historia de contingencias, mediante las cuales se ha construido
una perspectiva de las interacciones entre organismos. Estas interacciones han
configurado diversos modos de relaciones tales, como relaciones de poder,
relaciones de sanción, relaciones de afecto, relaciones de cooperación y muchas
otras más.
En los humanos, las
interacciones sociales median la mayoría, si no todo tipo de experiencia, por
ejemplo, cuando se habla de “depresión” no se está delimitando una entidad
depresiva. Con la palabra depresión, nos estamos refiriendo a distintas
experiencias vitales que contingencialmente están organizadas como relaciones
depresivas, como lo ha hecho explicito la Psicoterapia Analítico-Funcional – FAP-.
El lenguaje, como
lo considera Wittgenstein, solo tiene
sentido si se comprende como un modo de vida, como una perspectiva de los
asuntos humanos, de sus creencias, de sus valores, de lo correcto, de lo ético,
de sus relaciones con los otros, de las relaciones que enferman. Un lenguaje,
no pone al descubierto entes trascendentes, es más bien una práctica social;
incluso cuando decimos que algo no tiene sentido, estamos hablando de una
práctica social. O cuando hablamos de “falso conocimiento”, esto sólo puede entenderse como un modo de
influencia social. Del conocimiento como un acto vital, se puede predicar que
establece una perspectiva, sin que implique verdad o falsedad, sólo es un punto
de vista.
Tiberio
Pérez Manrique
Hayes, L. J. (1993). Reality and Truth. En S. C. Hayes,
L. J. Hayes, H. W. Reese , & T. R. Sarbin (Eds.), Varieties of scientific contextualism (pp. 35-44). Reno, N.V: Context Press.
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