“…mi
objetivo ha sido crear una historia de los diferentes modos por los cuales, en
nuestra cultura, los seres humanos se convierten en sujetos. Mi trabajo se
ocupa de tres modos de objetivación que transforman los humanos en sujetos.
El
primero es: los modos de inquirir que tratan de darse el estatuto de ciencias;
por ejemplo, la objetivación de sujeto hablante…O también, en este primer modo,
la objetivación del sujeto productivo…O, un tercer ejemplo, la objetivación de la realidad absoluta del ser viviente en
la historia natural o en la biología” (Foucault, 1991, pp. 51-52).
“432.
Todo signo parece por sí solo muerto.
¿Qué es lo que le da vida? -Vive
en uso” (Wittgenstein, 1988, p. 309).
El
análisis de la conducta ha abordado el problema del Self-Awareness, o del yo, o
del autoconocimiento, como un problema de origen social, esto porque solo cuando el “mundo privado” de una persona
es importante para otra persona, es que también viene a ser importante para uno
(Skinner, 1974).
Sin
embargo, a la hora de aproximarse experimentalmente al problema, se han usado
dos perspectivas incompatibles entre sí: La primera, parte de concebir la
posibilidad de establecer una estrategia metodológica mediante la cual, un
organismo pueda reportar de manera confiable, el mundo “debajo de la piel”. En
una segunda estrategia, se parte de la perspectiva en la cual se considera que
el problema del yo es un problema de discriminación entre “mi propia conducta y
la de otros” (incluida en la de otros,
las interacciones con el mundo fisicoquímico).
Para la
primera, los experimentos típicos acuden al uso de espejos, para observar si
hay diferencias en los modos de interacción frente a la propia imagen con
relación a las interacciones con imágenes distintas a la de sí mismo. En esta
misma línea, Lattal (1975) por ejemplo, entrenó a palomas, bajo un programa de
reforzamiento diferencial de tasas bajas (DRL) y bajo un programa de
reforzamiento diferencial de otras conductas (RDO), y en una segunda fase, las
palomas obtenían el reforzador solo si picaban una tecla roja o verde, según el
programa en el que previamente hubieran estado; los resultados de este
experimento se interpretaron en términos de que las palomas podían dar cuenta
de su conducta previa.
Los
experimentos realizados bajo la segunda perspectiva, corresponden a las tareas de igualación a la muestra,
principalmente bajo el paradigma de equivalencia de estímulos. En este
prototipo experimental, en la parte superior de un tablero se ubica un estímulo
muestra (EM) y en la parte inferir del tablero se colocan por lo general tres
estímulos comparadores (EC). El procedimiento consta de cuatro fases:
- La primera de ellas, se conoce como entrenamiento en reflexividad, la segunda y tercera fase se conoce como entrenamiento en simetría, y la cuarta, se conoce como prueba de transferencia o fase de prueba. Por ejemplo, se puede hacer el siguiente experimento con chimpancés:
- En el centro del tablero se le presenta un estímulo muestra –EM-, su foto, y como comparadores –EC-, la foto de la muestra junto a la foto de otros dos animales; El animal debe seleccionar su propia foto y cada vez que así lo haga, se reforzará esta selección (se trata de establecer una relación reflexiva del tipo, A =A).
- En una segunda fase, se presenta como estímulo muestra la foto (de sí mismo), pero ahora, los estímulos comparadores, serán vocalizaciones (de sí mismo) junto a dos vocalizaciones de diferentes animales; el animal debe seleccionar su propia vocalización y cada vez que así lo haga, esta selección se reforzará (se trata de establecer una relación simétrica, A-B; o, B-A).
- En una tercera fase, como estímulo muestra se presentará la vocalización (vocalización de sí mismo) y como comparadores una característica de su cuerpo (el color de los ojos) junto a dos características propias de dos animales diferentes (se trata de establecer relaciones simétricas A-C), y en lo demás se procederá como en las fases anteriores.
- Finalmente, en una cuarta fase, se presenta como estímulo muestra la foto (de sí mismo) y como comparadores, los estímulos C (color de los ojos). Es una fase de prueba conocida como de transferencia. Y pretende saber, si dados los entrenamientos previos, emergen nuevas relaciones sin la necesidad de entrenamientos directos.
¿Qué
conclusión se puede extraer de estos protocolos experimentales? Una primera cosa que pudiéramos decir, tiene
que ver con el comentario ya citado de Wittgenstein: Todo signo parece por sí solo muerto. ¿Qué es lo que le da
vida? -Vive en uso. O en términos de
Darwin, toda estructura o función biológica no tiene más sentido que el que se
le pueda atribuir en términos de su contribución a la supervivencia.
Los
protocolos experimentales ya citados nos ayudan a comprender “no un
mundo bajo la piel”, y más bien, se trata de una categoría analítica con
diversos propósitos; con propósitos de ley, con propósitos económicos, con propósitos
de autocuidado y que la selección natural favorece por su contribución al éxito
reproductivo.
Tiberio Pérez M.
Foucault,
M. (1991). El sujeto y el poder. Bogotá: CARPE DIEM.
Lattal, K. A. (1975). Reinforcement contingencies as discriminative
stimuli. Journal of the Experimental
Analysis of Behavior, 23, 241-246.
Skinner, B. F. (1974). About behaviorism. New York: Knopf.
Wittgenstein, L. (1988). Investigaciones
filosóficas. México: UNAM/Crítica.
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