En la psicología se pueden reconocer
tres historias distintas: La primera, y que se reconoce como la psicología
filosófica, en la que se analiza la
naturaleza y los modos de entender o de
acercarse aquello que en su origen comienza a diferenciarse como lo psicológico.
Se sitúa el origen de esta primera historia en Aristóteles, con el libro Acerca del Alma. Los psicólogos conocen
muy bien las transformaciones que le siguieron a esta historia hasta los
trabajos de Wundt (1873), a quien se le conoce como el fundador de una segunda
historia: La psicología científica. Lo que caracteriza a esta segunda historia es el uso de los
métodos de ciencias como la física, la fisiología y las matemáticas como modos
de comprender lo psicológico.
Para Aristóteles estaba clara la
diferencia entre lo sustantivo y lo metodológico de la psicología. Para él, la
naturaleza de lo psicológico era la propiedad interactiva de los organismos, es
decir, se trataba de entender las distintas interacciones de un organismo, en
tanto que lo metodológico se refería a la praxis, entendida como los modos o
criterios adoptados para dar sentido a las distintas interacciones. Sin
embargo, esta distinción prácticamente desapareció con Descartes, cuando
concibió lo psicológico como la res
cogitan. Es decir, todo lo que en Aristóteles se delimitó como interacción
explicitada mediante prácticas histórico sociales formalizadas en el lenguaje,
ahora en Descartes se sustantivo en la mente, con el agravante que la mente se
podía entender desde ella misma, se decir, que ahora era sustancia y método.
Lo que ha tratado de hacer el análisis
de la conducta, en lo que se puede llamar la tercera historia de la psicología es
deshacer el nudo hecho por Descartes, de lo psicológico, entre sustancia y
método,. Es decir, es necesario recuperar en lo sustantivo la propuesta
aristotélica _la interacción_, como la propiedad de los seres vivos y de la que se encarga la psicología, y de
otra parte, asumir como método de significación o de comprensión de lo
psicológico los métodos de la ciencia. Tal vez, algunos críticos del análisis
han visto sólo esta última parte y por eso lo han asociado, bien con el
positivismo lógico, o con el operacionalismo, o consideran que lo útil del
análisis ha sido sus paradigmas experimentales. Pero el fondo del debate se
relaciona con ¿cómo distinguir un argumento científico de uno que no lo es? En
la historia de la ciencia se ha apelado a criterios de la lógica, o a criterios
experimentales. Sin embargo, en tiempos recientes, y con un mejor comprensión
del lenguaje, como un proceso histórico social, más que como un producto de una
mente, el conocimiento científico se entiende como un “discurso” mediante el
cuál los seres humanos comprenden y construyen su destino, o en términos de
Aristóteles, pasan de la potencia al acto.
Para finalizar, tal vez la alianza dada
entre psicología y Análisis de la Conducta fue políticamente correcta cuando el
análisis carecía de institucionalidad, pero en este momento quizá ya no le sea
favorable seguir con esta alianza.
Tiberio Pérez Manrique
Bibliografía
Aristóteles
(traducción española, 1980). Acerca del
Alma, Madrid, Gredos.
Wundt, W. M. (1873). Principles of physiological psychology.
En R. Rieber (Ed.), 1980, Wilhelm Wundt and the making of a scientific
psychology. New York: Plenum.
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