martes, 2 de diciembre de 2014

Análisis de la conducta y psicología: Tiempo para reconsidera esta alianza

En la psicología se pueden reconocer tres historias distintas: La primera, y que se reconoce como la psicología filosófica, en la que  se analiza la naturaleza y  los modos de entender o de acercarse aquello que en su origen comienza a diferenciarse como lo psicológico. Se sitúa el origen de esta primera historia  en Aristóteles, con el libro Acerca del Alma. Los psicólogos conocen muy bien las transformaciones que le siguieron a esta historia hasta los trabajos de Wundt (1873), a quien se le conoce como el fundador de una segunda historia: La psicología científica. Lo que caracteriza  a esta segunda historia es el uso de los métodos de ciencias como la física, la fisiología y las matemáticas como modos de comprender lo psicológico.
Para Aristóteles estaba clara la diferencia entre lo sustantivo y lo metodológico de la psicología. Para él, la naturaleza de lo psicológico era la propiedad interactiva de los organismos, es decir, se trataba de entender las distintas interacciones de un organismo, en tanto que lo metodológico se refería a la praxis, entendida como los modos o criterios adoptados para dar sentido a las distintas interacciones. Sin embargo, esta distinción prácticamente desapareció con Descartes, cuando concibió lo psicológico como la res cogitan. Es decir, todo lo que en Aristóteles se delimitó como interacción explicitada mediante prácticas histórico sociales formalizadas en el lenguaje, ahora en Descartes se sustantivo en la mente, con el agravante que la mente se podía entender desde ella misma, se decir, que ahora era sustancia y método.
Lo que ha tratado de hacer el análisis de la conducta, en lo que se puede llamar la tercera historia de la psicología es deshacer el nudo hecho por Descartes, de lo psicológico, entre sustancia y método,. Es decir, es necesario recuperar en lo sustantivo la propuesta aristotélica _la interacción_, como la propiedad de los seres vivos  y de la que se encarga la psicología, y de otra parte, asumir como método de significación o de comprensión de lo psicológico los métodos de la ciencia. Tal vez, algunos críticos del análisis han visto sólo esta última parte y por eso lo han asociado, bien con el positivismo lógico, o con el operacionalismo,  o consideran que lo útil del análisis ha sido sus paradigmas experimentales. Pero el fondo del debate se relaciona con ¿cómo distinguir un argumento científico de uno que no lo es? En la historia de la ciencia se ha apelado a criterios de la lógica, o a criterios experimentales. Sin embargo, en tiempos recientes, y con un mejor comprensión del lenguaje, como un proceso histórico social, más que como un producto de una mente, el conocimiento científico se entiende como un “discurso” mediante el cuál los seres humanos comprenden y construyen su destino, o en términos de Aristóteles, pasan de la potencia al acto.
Para finalizar, tal vez la alianza dada entre psicología y Análisis de la Conducta fue políticamente correcta cuando el análisis carecía de institucionalidad, pero en este momento quizá ya no le sea favorable seguir con esta alianza.
Tiberio Pérez Manrique
Bibliografía
Aristóteles (traducción española, 1980). Acerca del Alma, Madrid, Gredos.

Wundt, W. M. (1873). Principles of physiological psychology. En R.  Rieber (Ed.), 1980, Wilhelm Wundt and the making of a scientific psychology. New York: Plenum.